Y más sobre paradigmas.

Cuando decidí dejar la universidad hace un año atrás sabía que esa decisión me iba a costar muchos malentendidos con mi familia. En este país una carrera es un "regalo a los padres", el título es "lo único que te voy a dejar", etc. Es como si no tuvieras un título fueras un fracasado, aún si NUNCA lo ejercieras. en mi caso hace rato atrás que sabía que no iba a avivir de la carrera que estudiaba. Más aún me aburria y era una tortura estudiar casi el 60% de las materias. Sin embargo en ese momento no sabía de ninguna otra opción que no fuera el campo académico para tener una vida medianamente digna. Es como estar atrapado en un camino que no era lo que pensabas pero no tener escapatoria. La universidad era como un divertido club social, a donde iba a soportar la totura y el aburrimiento de la mayoría de las clases y a pasar un buen rato con mis amigos.
Cuando leía "Padre Rico, Padre Pobre" fue como si se levantara un velo que hubiera estado sobre mi cabeza toda la vida. en esos momentos el ir a la universidad pasó algo así como de ser algo meramente fastidioso a sentir que estar ahí era perder mi tiempo y dinero potencial. Y no solo por la carrera que estudiaba, sino en mi preparación y cambio de manera d epensar. Parte de el trabajo es empezar a rodearte de un entorno que piense como tu, y en la universidad ya me estaba distanciando enormemente de todos mis compañeros. Sus discusiones sobre materias y profesores y la última rumba y los chismes sociales de costumbre me empezaron a aprecer vacios y aburridos. Mi mente estaba ocupada aprendiendo a como ser un empresario exitoso en el futuro y soñando todo aquello que me propuse lograr.
Pero la familia siempre se encarga de recordarme que mi manera de pensar actual es algo peculiar, y porque no me he hecho rico en una año y medio he fracasado. Y más aún, como muchos han fracasado en el camino, pues yo también voy a perder. Y que en vista de ese panorama tengo que buscarme una carrera para vivir. Antes me molestaba muchisimo y me enervaba, ahora estoy tranquilo, solo me encargo de demostrarles mi determinación de seguir en el camino.