Y érase una vez....

Este post es para recordar y no olvidar. Ayer cumplí 15 meses desde que comencé en la compañía de mercadeo en redes con la que trabajo. Es una fecha bien especial para mí, es como un aniversario y siempre me acuerdo como era mi situación al principio de todo. Tres semanas atrás pasó de visita por la ciudad un amigo de la infancia. Él venía a chequearse con el médico y a una reunión de la compañía de multinivel a ver que era. Esa noche fue mi 1er contacto con las ideas de Robert Kyosaky, lo que era ser rico, los negocios e inversiones. Todo transcurrió en un pequeño bar debajo de mi casa entre cervezas y unos cuantos cigarrillos. Fue como descubrir un mundo nuevo, o mejor dicho, ver aquello que siempre estuvo ante mis ojos, pero que yo no podía ver. Para mí esa noche siempre me va a recordar a “The Matrix”, cuando Morfeo le da a Neo a elegir entre la píldora roja y la azul. Primero le advierte que no hay vuelta atrás, pero que vería el mundo real se oculta detrás de la matriz. Para mi la píldora roja me la tragué cuando compré “Padre Rico, Padre Pobre”.al día siguiente. Yo leo muy rápido, pero ese libro literalmente me lo devoré. Y desde esa tarde no hubo marcha atrás, todo cambió. O Yo cambié, eso fue lo que pasó. Mi futuro era incierto y mi rumbo a la deriva, ese libro fue el viento que le dio fuerza e impulso a mis velas.
Recuerdo que en esa época estaba resignado a mis decisiones. Nunca fui un buen estudiante en la universidad realmente, reprobé algunas materias varias veces y básicamente iba a la uni como para escapar a la situación desesperantemente tensa y aparentemente sin sentido del país. Era mi club social, ahí estaba mi vida y mis amigos. Sin embargo la carrera, y en general los estudios universitarios hacía rato atrás me habían decepcionado. Entré pensando en un futuro increíble y muchos conocimientos interesantes que iba a adquirir, pero me encontré con una realidad bastante diferente. Resulta que buena parte de los conocimientos que tendría que adquirir eran de todo menos interesantes. Y si hay un problema conmigo es que me cuesta aprender cosas que no me interesen y me aburran. En retrospectiva me da un poco de risa, porque en todas las materias que yo elegí sacaba las máximas calificaciones, pero en las de la carrera salía mal.
Había tomado la decisión de empezar a tomar disciplina y estudiar todas esas cosas aburridas y obsoletas que me pedían aprender. Y en el ámbito social me empecé a rodear la mayoría del tiempo con la gente de mi carrera, a ver si eso me ayudaba a avanzar y que mi resignación a seguir el camino que había elegido hace cinco años atrás no fuera tan horrible y aburrido.
Me sentía atrapado y sin salida. El ser profesional no me garantizaba nada mas que un furo de trabajo arduo y MUCHOS mas conocimientos aburridos y especializados si quería adquirir renombre y agregarle algunas líneas a mi currículo. También sabía que cuando me graduara me iba a tocar competir con mucha gente que tendría mejores calificaciones y quizás les interesara algo más la carrera que a mí. Y si corría con suerte como alguno de mis amigos recién graduados el salario no me iba a dar para dejar de vivir con mis padres. Y el tiempo era otro factor, entre seguir estudiando para lograr un postgrado y trabajar pues muy pero muy poco tiempo me quedaría para hacer las cosas que realmente me llamaban la atención. No me agradaba mi futuro pero no veía muchas más opciones. Para ser sincero todas las demás opciones eran peores. La universidad era mi cárcel y vía de escape al mismo tiempo.
Así me sentía en esa época, justo antes del cambio. Y por hoy eso es todo. Luego continuaré la historia de cómo fueron esos primeros días y los cambios que ocurrieron en mí y en mi entorno.