Un ancla ante la tormenta...

Eso es lo que es este blog. Un ancla a mis sueños, a mis experiencias y a mi realidad. Un recordatorio de lo que he pasado y por que me toca seguir. Un repositorio de recuerdos buenos y malos. Una lente para enfocar cuando la miopía de la desesperanza se hace grave. El corrientazo cuando se van los signos vitales de la esperanza. La llamada de atención de la conciencia cuando la flojera y dejadez asoman su cara. El sitio donde puedo volver a recordar mis sueños y metas cuando las cosas no van bien.
Y no me ha ido bien los últimos días. Entre volver a crear la disciplina del trabajo, recibir muchísimos No en serie, soportar los comentarios de “Fulanito se graduó y tiene un trabajo chévere”, sentir que no hecho mi mejor esfuerzo para lograr mis metas y tener que seguir viviendo con mis padres no han sido unas buenas semanas. Y caí en algo poco común para mi, la depresión. Me pasa tan pocas veces que no estoy bien preparado contra ella. En mi caso me da por no hacer NADA. Quedándome en mí casa como un tracto digestivo pegado la computadora. Limpio pero sin las ganas de hacer el trabajo para solucionar eso. Un terrible círculo vicioso.
Sin embargo, las clases de los miércoles de la compañía vienen a mi rescate. La clase la dio una mujer a quien admiro mucho. Esta persona me ha ayudado mucho con sus consejos y su experiencia. Y sus palabras el miércoles me hicieron recordar muchas cosas. Entre ellas que parte de mi problema es que me enrollo mucho en mis problemas internos en vez de ponerme a hacer lo que tengo que hacer. Y recordar que el que yo lo tenga fácil por tener techo y no tener hijos que mantener funciona muchas veces en mi contra en vez de mi beneficio.
Recordar los sueños y escuchar a la gente que ya lo ha logrado es inspirante. Y más aún cuando es gente común y corriente, no líderes en ventas o grandes empresarios. Venezolanos como yo con sus defectos y situaciones. Entonces está claro que no s el producto ni el plan de mercado, sino las tonterías que a veces se nos meten en la cabeza. Y tengo que admitir que a veces me pasa a mi también. Con lo que recuerdo que el aspecto emocional sigue y seguirá siendo una de las barreras más importantes a conquistar.
Por ahora me voy a escuchar unos audios de Jim Rohn, uno de mis grandes guías que me ha ayudado mucho en momentos que caigo en puntos bajos como el actual.
Saludos!